Thursday, May 21, 2015

Miedo, Ilusión y votos

El Concurso Nacional de Albañilería

Ay, el miedo...El argumento más usado por los políticos de los partidos establecidos con frases en las que se combinan de formas diversas las palabras "estabilidad", "experiencia", y "crisis":

     "nuestro partido garantiza la estabilidad necesaria para salir de la crisis"
     "sin experiencia de gobierno no se puede salir de la crisis".

Es un argumento poderoso. Si estamos saliendo de la crisis y se debe a la experiencia de nuestros gobernantes, entonces la alternativa lógica es el caos. ¿Cómo vamos a poner en el gobierno, con la situación tan complicada que hay, a alguien inexperto? Es de cajón. La alternativa conduce al suicidio económico de este país.

Sin embargo, yo cuento a mis allegados una conversación que tuve con mi tío Pepe hace algunos años. Mi tío, como toda mi familia paterna, era albañil en un pueblo de Toledo. Él era excepcional en su trabajo, y llegó a ganar el Concurso Nacional de Albañilería, el culmen de la excelencia de la época. Franco le entregó una copa tan grande como las que exhibe el Real Madrid. El año era 1965; y el día, el más grande de la época: el día que homenajeaba el Alzamiento Nacional. Mi tío tenía 22 años.

Doce años más tarde, en 1977, llegaron las primeras elecciones democráticas post Franco. Y mi tío se presentó a alcalde de su pueblo. Los “de toda la vida” se reían de él, a sus espaldas y en su cara. Le decían que cómo iba a ser alcalde un albañil, sin experiencia de gobierno, sin contactos, sin carrera superior... Pero él no se amilanó y siguió adelante. 

Ganó las elecciones, pero ni siquiera le dieron las llaves del Ayuntamiento. Su mandato comenzó llamando a un cerrajero, y continuó revisando con sus compañeros de ilusión todos los papeles de los armarios del consistorio.

Su gestión fue alabada por (casi) todos. En pocos años llevó luz y agua a todas las casas, arregló calles… hizo, todo lo que no se había hecho en los muchos años de gobierno de los "de toda la vida”.

El mérito de mi tío fue la tenacidad y el valor, pero fue imprescindible el valor de los que le votaron olvidando sus miedos y mirando con ilusión al futuro. Ciertamente, hoy vivimos años convulsos, pero no creo que mucho más convulsos que en 1977.

Confío en que mi querido y añorado tío sonría este domingo desde el cielo al ver que este país desoye a los agoreros, vence sus miedos, y enfrenta con ilusión, trabajo y humildad la tarea de sacar adelante a este país.

Saturday, December 22, 2012

Resultó ser mejor

Pues sí, 7 años después retomo el "tema blog". Y sí, para decir que este estaba mejor. 
Bueno, para no faltar a la verdad debo confesar que el  blog de MS Spaces "desapareció" sin decir adiós, a la francesa, sin un mísero backup y que la rabia me paralizó todo este tiempo.

Pero ha sido la locura de vida que llevamos la que me ha llevado a trasnochar, y estas noches de poco dormir me han llevado a ponerme muy reflexivo. Eso, un poco de sal de periódicos y una pizca de Telediarios, y aquí me veo de nuevo, intentando poner ideas en limpio sobre pensamientos oscuros.

He empezado cambiando el título del blog. Me apetecía, pese a todo el derrotismo y la falta de esperanza que me nace y me rodea, recuperar las palabras de ánimo de una venerable profesora. Esta adorable señora me enseñaba música, mi gran frustración, mi asignatura eternamente pendiente; y pese a mi poco talento natural y a mi nula dedicación, siempre me recibía con palabras de aliento en su casa. Exactamente con las palabras del título de este blog. Palabras, galletas y café, deliciosa combinación tras agotadoras jornadas laborales, que yo agradecía profundamente. Y, es que, aparte del cariño de la acogida, a base de ruegos lograba que la buena señora me obsequiase también con unos minutos de su maestría al piano o al órgano.

Así pasaba la mitad de la clase, relajando mis sentidos, como si fuese a un spa. La segunda mitad la pasaba entonando, solfeando, o tocando las teclas de un precioso piano de cola, martirizando a la paciente señora con mi inutilidad.

Y al marcharme de su casa, bien pasada la hora de clase, siempre me despedía con esas palabras que hoy resuenan en mi cabeza: "bienvenido a un mundo mejor". 

Rosita, un beso bien grande, donde quiera que estés.

Wednesday, October 26, 2005